"San Juan del Puerto...su sitio es una llanura a la vanda Boreal de Rio Tinto, casi en frente de Moguer, y en igual distancia de Niebla, y de Huelva. Con la fertil Campiña de su Termino, u el comercio de su Ria, ha crecido la poblacion a un buen vecindario de gente honrada, y de buenos caudales".
Fragmento recogido de "Huelva Ilustrada", obra de Juan Agustín de Mora Negro y Garrocho de 1762.


miércoles, 30 de noviembre de 2016

Los molinos de aceite

Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX no sabemos la cantidad exacta de molinos o presas para aceitunas existentes en San Juan del Puerto por esos años. San Juan fue referente oleícola de la zona ya que su producción de aceite rondaba y en algunos años superaba los 100.000 litros de aceite. Un ejemplo lo tenemos que durante la campaña del año 1927 se habían recogido 111.057 litros, aunque muy lejos de la producción de pueblos cercanos como Trigueros y Beas. La aceituna en aquellas décadas era importante para los jornaleros porque con el dinero sacado podían llevar con mejor atisbo los meses de invierno. 


Sin embargo, no todo fue beneficioso, las almazaras vertían el alpechín a las calles siendo innumerables veces advertidos por el ayuntamiento y algunas de ellas trascendían a los periódicos provinciales; un ejemplo fue lo sucedido en 1914 donde el autor del artículo denuncia el alpechín vertido por un molino aceitero:
"Ya estamos en pleno invierno. Los que tenemos la "fortuna" de vivir en un pueblo pequeño como éste, ya estamos recogiendo nuestra cosecha invernal de barro y agua hasta las rodillas, pues las calles se ponen intransitables; pero no es esto lo más malo, sino que en la principal entrada del pueblo, o sea la de la estación, hay una, laguna negra y pestilente, procedente del molino de aceitunas que en la entrada de la calle San José...


...no tiene derecho a recoger sus aceitunas y molerlas, a molestar a los vecinos con el pantano de alpechín que nos proporciona, para "recreo" de nuestro olfato y de nuestra salud.
...que se haga un caño por donde salga ese alpechín a la marisma, donde las mareas puedan llevárselo al gran laboratorio, donde todo se metamorfosea y nada se descompone.
...lo decimos para todos los que poseen molinos en este pueblo de esa índole, pues todos están en iguales condiciones, corriendo el alpechín por las calles, formando charcas y ocasionando molestias y perjuicios a este vecindario." 

Sin embargo, con el pasar del tiempo los molinos aceiteros se fueron cerrando por su poca rentabilidad y además las tierras cultivadas de olivos cada vez eran menos y esto conllevaba que la producción fuese menor. 

El artículo se puede consultar en la página web del ayuntamiento de Huelva en su sección Hemeroteca. Fondo Diego Díaz Hierro.    

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